Por: Carlos R. Alvarado Grimán.
Los discursos grandilocuentes pronunciados ante escenarios internacionales quedaron atrás, así como las portadas de prestigiosas revistas y periódicos foráneos alabando o exaltando las virtudes del entonces nuevo Mesías tercermundista.
El caso de los computadores de Raúl Reyes ha puesto en evidencia al líder “bolivariano”, el video de Timochenko confirmaría que Telesur estaría apoyando con tecnología de punta al aparato propagandístico de las FARC. Por otra parte, la injerencia de Chávez en los asuntos internos de otros Estados no da lugar a dudas sobre la intención de expandir su proyecto fascista-militarista en la región. Cada palabra, cada excusa, cada argumento esgrimido por Chávez, lo incrimina y lo hunde en su propio pantano.
Chávez va de cumbre en cumbre y de escándalo en escándalo, no valora la palabra “silencio”, desconoce que todo lo que dice esta siendo acopiado por las instancias correspondientes y será usado en su contra. Sin embargo el temor es tal, que Chávez ha enfermado de una grave incontinencia verbal, cuya flatulencia lo delata sin remedio, porque es demasiada pestilente, podrida, putrefacta.
En Venezuela estamos expectantes y a la espera de acciones concretas que den al traste con esta suerte de tiranillo soez y estridente junto con su proyecto político que hace peligrar la estabilidad política, social y económica en nuestro hemisferio.
Los líderes mundiales no pueden ni deben permanecer impávidos ante la cruda realidad venezolana. El tiempo para el teatro bufo impuesto por Chávez pasó, ahora es el tiempo de la justicia internacional, porque aspirar el accionar de la justicia venezolana es caer dentro del campo banal del ejercicio quimérico.
El final se aproxima, para este personaje que lejos de aprovechar las ventajas providenciales de nuestra tierra para el desarrollo del país, dedicó una década al cultivo del odio, la mentira y sobre todo al cultivo de su propia estupidez.
Aserne´s Weblog 